Siento que no estoy a salvo ni en mis
propios sueños. Es tan real como el día que te vi. Aquel día sentí que el mundo
se paró en tu mirada. Aunque suene cursi es así.
Sentí que te conocía de siempre, sentí
unas enormes ganas de abrazarte y besarte, pero mi miedo estaba ahí, y eso me
paralizó.
Me arrepiento de haber huido, de no haber
aguantado tu mirada y esperar tu reacción. Lo siento.
Más que por ti, por nosotros, por mí. Lo siento.
Espero volver a verte, poder abrazarte de verdad y que te quedes conmigo para
siempre. No sé qué significaba ese reloj que marcaba esa hora que aún intento
recordar…
Espero que sea la cuenta atrás, la cuenta
atrás para vernos. Nada más. Aquí termino diciendo todo y no diciendo nada.
A sí, se me olvidó, no sé por qué lo voy a
decir, pero es lo que siento: Te quiero.
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