Una vez, alguien me preguntó que si había fingido estar feliz cuando realmente me sentía mal. A esto contesté que sí, que todo el mundo lo había hecho en algún momento.
Me volvió a preguntar por qué lo hice, por qué mentía. Al principio sonreí, y le dije que no era una mentira, simplemente con ello esperaba que las personas que estaban a mi lado no se preocuparan, y que quería que estuviesen felices, ya que si ellos están bien a mí se me olvidarían los problemas y conseguiría se feliz de verdad.
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