Siento esa frase clavada en mi pecho, cada día pido el mismo deseo.
Estando frente a mi ventana, contemplando el frío, la lluvia y el viento que nos muestra el Otoño, escribo una vez más mi deseo; el cual borro rápidamente para evitar miradas curiosas que hagan imposible mi deseo.
Es entonces cuando siento que estoy más cerca de conseguirlo pero, una vez más, la vida me hace esperar hasta encontrarte.
Deseo muchas cosas, pero sólo una es para mi. Deseo que la gente deje de sentir dolor; deseo que cambien su forma de pensar, que respeten a los demás.
Para mi, sólo deseo encontrar felicidad.
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