Te prometo volver al pasado, te prometo una vida mejor, te prometo hacerte feliz, te prometo hacerte llorar de alegría, te prometo un por siempre a tu lado, te prometo millones de besos, te prometo infinitos abrazos, te prometo un te quiero para la eternidad...
Y allí se quedaron las palabras, en aquella cabaña perdida en la montaña. Frente aquella chimenea que aún puedo ver encendida. Con aquel olor a chocolate que había en toda la casa. Con la imagen de aquellas nevadas montañas que nos llegaban a través de esa ventana. Con el cielo despejado, cubierto de un bonito manto de estrellas. Allí solos tú y yo, contigo susurrándome todas esas bonitas palabras, que anhelo hoy día.
Ya solo me quedan esos recuerdos, me aferro a ellos para levantarme cada mañana. Odio al destino, ¿por qué nos tuvo que separar? ¿por qué te apartó de mí para siempre? ¿por qué decidió llevarte? ¿por qué te dejó morir?
Ahora que ya no tengo nada, ni a nadie, ya que no te tengo. Cambio mi destino.
Mancharé con sangre este papel, pero al menos, volveré a tu lado, y esta vez, para toda la eternidad.
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