Feliz Navidad, y una mierda. No recuerdo la última vez que te vi llorar, salvo cuando mi añorado abuelo murió, cosa que me marcó de por vida.
Es duro oír tu llanto, sobre todo si es porque te lo mereces.
Siento decirlo pero es así, tú vas a morir con tu propio veneno.
Ojalá pudiera confiar en ti, pero es imposible.
Vas a morir solo, es un hecho.
Te quiero, pero te mereces todo lo que sufres.
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