De nuevo apareces en ellos, cansada de sólo mirarte intento correr pero mis piernas están paralizadas.
Intento hablar pero me callan.
De nuevo, todo está oscuro.
El mismo blanco puro de este caballo, el mismo bosque a mi izquierda y el mismo acantilado a la derecha.
Huyo, huyo de algo que no llego a ver.
Siento pánico, pero a la vez siento que estoy tocando la libertad con la punta de mis dedos.