Si dejas de mirar a un niño, igualmente va a crecer, lo hará sin ti, no eres lo esencial en su vida. Después te arrepentirás de no haberlo visto crecer; pero ya será tarde.
Igual pasa con todo, da igual que no mires, todo va a seguir adelante, eres tú el que se va a perder. Si no miras el prado, cuando te des la vuelta puede ser un gran bosque y ya no vas a saber volver; lo ignoraste todo el tiempo y ahora estás perdido.
Lo mismo pasa con la vida, si sólo te centras en ver una cosa, lo demás va a cambiar, quieras o no; no te centres en algo que no va a durar para siempre.
Si dejamos de mirar el camino, no vamos a saber elegir dónde queremos ir.