Nos empeñamos en culpar a los demás siempre, en quitarnos la culpa de encima, pero realmente tenemos la culpa de no vivir, tenemos la culpa de no aprovechala, y por ellos pagamos las consecuencias.
Todos tiene consecuencias, cada acto tiene una consecuencia a corto o largo plazo.
También llamado "El efecto mariposa".
¿Nunca escucharon el proverbio que dice: ·El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo" o "el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo"?
No por ello debemos dejar de lado los impulsos, en mi opinión los impulsos nos mantienen vivos, un impulso de besar a la persona que quieres puede hacer que acaben juntos.
Son las pequeñas cosas las que nos mantienen a flote, los que hacen que la tormenta se disipe un poco.
La vida no es la tormenta en sí, ni es como el cielo despejado, nosotros elegimos si queremos prestar más atención al cielo azul o a la tormenta.
Centrar la vista en uno sólo tampoco es la solución, la solución se basa en ver a la vez el cielo despejado y la tormenta, tener presente ambos, pero sin olvidar nuestro camino, sin olvidar las pequeñas cosas que hay en él.
Dejando las metáforas a un lado, para mí la vida no son ni cosas buenas ni malas lo que hay en ella, son obstáculos que te hacen más fuerte.
Si en la vida se te presentan grandes obstáculos simplemente es porque sabe que puedes superarlos, si quieres alcanzar un objetivo, la vida te pone obstáculos pero sólo porque está segura de que eres capaz de luchar y sabe que eres lo suficientemente fuerte para superarlos.
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